jueves, 27 de marzo de 2008

Reflexiones sobre identidad

Para hablar de interculturalidad tenemos que analizar una de las principales fuentes de diferenciación e interrelación humana: la identidad. Hablar de identidad en el contexto boliviano ha sido y es algo complejo, mucho más si se hace referencia a que en el transcurso del proceso de colonización se ha llevado adelante una campaña de aculturación intensiva.

Por ello, es menester señalar que quienes hoy tratan de definir su identidad a partir de un análisis profundo logran caer en un sin fin de preguntas e interrogantes. Así, para responder a la pregunta ¿Quién soy yo? Se recurre a una serie de estrategias que parten desde reconocer los orígenes históricos y locales que esa persona tiene. Es evidente que en el camino puede lograr encontrarse con una serie de mestizajes y cambios que han sido provocados por un sin fin de factores.


Este análisis de la identidad que parte, tal vez, de aspectos simples ha llegado a ser complejizado por una serie de teóricos e investigadores que han agregado al proceso de construcción de la identidad una serie de elementos, como el que señala Castells[1].

Si bien se señala elementos complejos en el proceso de construcción de la identidad, ésta también puede asumir un carácter simple, sin que el concepto pierda aspectos de trascendencia. Así, se señala que la palabra identidad proviene del latín identitas que se traduce como “lo que es lo mismo”, también esta palabra puede ser utilizada en el sentido de “ser uno mismo”. Pero, ¿qué es ser uno mismo? (volvemos a la pregunta de ¿quién soy yo?), acá se acude a ciertos rasgos del individuo que tiene ciertas características sem
ejantes a los otros en determinados tiempos y espacios, los cuales pueden permanecer o transformarse. (Peña, PIEB. 2003. pág. 33).

Por ejemplo, una persona de los 60’s puede ser semejante a otra de esa misma época y diferente de ella según el lugar o espacio donde se encuentre, o es evidente que la persona de esa época es diferente de una de esta misma época.

Esto último trata de explicar un sin fin de aspectos que hace que se particularice a las personas, es decir, se vea en ellas características distintivas o de semejanza a otros/as. Desde esta perspectiva, podemos hacer que las identidades se agrupen en dos categorías: generales y específicas.

Las categorías generales de la identidad podrían ser aquellas que se denominan como: identidades individuales, que son asumidas como características específicas de la personas; identidades colectivas, que se definen por aspectos que agrupan ciertas características o que hacen posible su interrelación.

Las categorías específicas pueden ser las siguientes (Peña, PIEB. 2003)

  • Identidad como autoconcepto personal y propio: asume una definición de valoración personal, cómo me autovaloro o cual es la concepción que tengo de mi mismo/a.
  • Identidad en sentido de definición de origen o ancestral: señala la identificación del nacimiento o raíz de la persona como elemento que define la identidad. Identidad en sentido de pertenencia social: asumiendo un aspecto que enmarca la participación de una clase social, sea ésta alta, media o baja, delimitándose la identidad de una persona a esta clasificación.
  • Identidad de género: definiéndose como hombres y mujeres desde las características sociales y culturales que especifica su identidad. Identidad en sentido generacional: establece grupos y campos sociales al que pertenecen las personas y a partir de las cuales se define la identidad, como por ejemplo grupos de jóvenes o viejos.

[1] Castells en su libro “El Poder de la identidad” (publicado en 1997 y traducido por Carmen Martínez) señala “que la construcción social de la identidad siempre tiene lugar en un contexto marcado por las relaciones de poder, propongo un distinción entre tres formas y orígenes de la construcción de la identidad: Identidad Legitimadora: introducida por las instituciones dominante de la sociedad para extender y racionalizar su dominación frente a los actores sociales, un tema central en la teoría de la autoridad y la dominación de senté, pero que también se adecua a varias teorías del nacionalismo; Identidad de resistencia: generada por aquellos factores que se encuentran en posiciones/condiciones devaluadas o estigmatizadas por la lógica de la dominación, por lo que construyen trincheras de resistencia y supervivencia basándose en principios diferentes u opuestos a los que impregnan las instituciones de la sociedad (…); Identidad proyecto: Cuando los actores sociales basándose en los materiales culturales de que disponen, construyen una nueva identidad que redefine su posición en la sociedad y, al hacerlo, buscan la transformación de toda la estructura social.” Pág. 30.